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MILANO MILANO MILANO



Milán es por mucho mi ciudad favorita, transmite lo que más amo, se respira, desayuna, come y cena moda, arte y diseño.


Mi primer visita fue en 2008 para el Salone del Mobile con mis amigas, jamás olvidaré salir de la estación de metro Duomo y ver la monumental catedral gótica de la capital del diseño que viste de encaje, sí me parece que el Duomo está siempre vestido de encaje blanco. Fue en ese preciso momento que decidí que esa ciudad iba a ser mi hogar en algún punto de mi vida.


Un par de años más tarde cumplí mi promesa y junto a mi mejor amiga empacamos nuestras maletas y nos fuimos de intercambio a Milán. Tuvimos la oportunidad de vivir un Milán distinto a lo que es hoy, lo llamo puro, nacionalista y lleno de carisma, antes de Instagram, antes de Starbucks y la tienda Apple, es más el primer Zara de Italia llevaba tan sólo 5 años de vida en la ciudad de la moda.


Durante esos 7 meses pude desarrollar un cariño inexplicable por la ciudad y su estilo de vida, lo llamo inexplicable ya que hay gente que hasta el día de hoy cuestiona mi fijación con Milán, pero se que ese sentimiento es mío y sólo mío y no debo de justificarlo bajo ninguna circunstancia.


Cada vez que puedo paso por esta ciudad y me inundo de su diseño, la ultima vez que lo hice fue cuando terminé la maestría en Madrid, después de recorrer el Mont Blanc cerramos nuestra dosis de naturaleza con un par de días en mi ciudad predilecta.


Nuestra primer parada obligatoria fue Panino Giusto, esta cadena milanesa especializada en paninos tiene los mejores productos locales frescos y listos para servir a la mesa tal y como la cocina Italia lo indica, me atrevo a decir que son lo mejores paninos, he probado prácticamente toda la carta pero mis favoritos por excelencia son el Carpaccio por sus laminas de res y parmigiano, Washinton por la frescura del queso caprino y el Tartufo por su intenso sabor a trufa.


Después de devorar los paninos nos fuimos a celebrar el cierre de un viaje extraordinario con unos Spritz en un bar cercano a Porta Venezia.



Los desayunos en Europa están tan alejados de los nuestros que de vez en cuando es bueno romper con el carácter de turista y visitar un restaurante internacional tal como California Bakery, desde que vivía en Milán hasta el día de hoy es de los pocos restaurantes que ofrecen desayunos al estilo brunch americano. Nuestros cansado cuerpos post caminatas nos pedían a gritos calorías extras por ello nuestra visita a este dinner era obligatoria.


La nueva adición al menú fue un espectacular Avocado Toast, hace diez años era practicante imposible conseguir aguacate en Milán y menos comer un "avotoats".


La siguiente parada obligatoria es Pizza Duomo para tomarse una fotografía frente al monumento de mismo nombre, no importa la cantidad de fotos que tenga frente a el, nunca serán suficientes.




Uno de mis spots favoritos en el centro de Milán es La Rinascente y su Design Supermarket, un espacio en donde puedes ver la ultimas tendencias en moda y diseño que van desde los objetos más sofisticados hasta los más divertidos, sus aparadores siempre tienen un diseño impecable en colaboración con alguna marca. Mi esposo y yo tenemos la tradición de comprar en cada visita una pieza de diseño para nuestro hogar, en esta ocasión las piezas ganadoras fueron una bandeja dorada para mesa Ellipse de Alessi y un cenicero de la misma marca, un souvenir fuera de lo común de cada ciudad que visitamos.


La Galeria Vittorio Emanuele II es uno de los pasajes más impresionantes de Europa y no puede falta una visita a este monumental espacio que con su cúpula abraza las boutiques de las marcas de lujo más emblemáticas tales como Prada, Gucci y Louis Vuitton. Recuerdo que antes solía haber un McDonald’s, no tengo nada contra la cadena de comida rápida pero debo decir que siempre me hizo mucho ruido su presencia en este espacio, me alegra que finalmente lograron reservar ese espacio para marcas que transmiten el mismo legado que la galería.


Dar vueltas sobre mi propio eje sin parar en el toro de la galería nunca me ha fallado, siempre vuelvo a Milán, es por ello que religiosamente hago este ritual para volver una vez más.



A un costado de La Rinascente se encuentra uno de mi restaurantes favoritos, la siempre recomendada Pizzeria di Gennaro, este lugar lo conocí gracias al director de mi carrera quien estudió y vivió en Milán, cuando viví allá el papá de una amiga de mi roomie quien también era local en Milán nos llevó a cenar ahí mismo y lo llamó el mejor restaurante.


Muchos años y miles de visitas después este lugar es aun uno de mis favoritos y le guardo mucho aprecio, incluso el staff es el mismo de siempre. Es curioso ya que casi nunca pido pizza, sobre todo cuando es una vista exprés, generalmente pido una cotoletta o un risotto a la Milanese.




El Excelsior Milano es una tienda departamental que se encuentra en el corazón de Milán en uno de los pasajes sobre Corso Vittorio Emanuele, esta tienda cuenta con la mejores marcas de lujo y un súper mercado en el sótano donde encuentras los mejores productos y como dato curioso Moschino hizo una pasarela ahí hace algunos años.



Mi recorrido continuó con una caminata por la Scala, después nos dirigimos al Castello hasta dar un paseo en el Parco Sempione y finalmente llegar al Arco de la Pace, uno de los spots favoritos de Cavalli para hacer sus pasarelas cada temporada.

Usualmente hago una visita a la Triannale, pero por cuestiones de tiempo y como guía turística de mis amigos, continuamos nuestro recorrido hacia Brera, donde visitamos las boutiques de diseño y moda hasta el Quadrilatero de la Moda por Manzoni con parada en el Hotel Armani y después por Monte Napoleone mientras disfrutabamos de los aparadores hasta Via della Spiga.


Durante este viaje Porta Nova y 10 Corso Como quedaron como un deseo pero se que habrá otras ocasiones para visitar de nuevo esa zona, ya que siempre hay algo nuevo que ver.


Navigli es la mejor zona para salir por la noche, el aperitivo en Milán es algo que tienes que vivir, todas las calles de Naviglio tienen infinidad de bares y restaurantes que cuentan con esta “happy hour” en donde sirven botanas y bebidas deliciosas a buen precio. Los mejores cocteles que he tomado en mi vida han sido en Milán desde un Moscow Mule que tenia jengibre y cerezas naturales, no en almíbar como suele ser… hasta la Corona Fidel, un mojito que tiene una cerveza Corona volteada, bebida que solía pedir con mis amigos en nuestro bar favorito: Straripa Bar.


Los mixólogos de Milán tienen una gran habilidad para crear bebidas, no abusan de los jarabes ni el azúcar, usan los ingredientes tal y como debe ser, además como todo es diseño en Milano, la presentación suele ser del mismo calibre.


Moverse en tram por toda la ciudad es la mejor opción ya que puedes ver toda la ciudad y si eres afortunado puede que se te cruce un tram antiguo, como los que solía haber aun cuando vivía allá. Margherita Missoni se estrenó como nueva directora creativa de M Missoni este año y lanzó una colección genderless la cual presentó el pasado septiembre sobre un tram vintage intervenido, que mejor forma para representar la identidad de la marca.




La Fondazione Prada era uno de los lugares que aun no conocía de la ciudad industrial italiana, este maravilloso espacio creado por la mente de Miuccia Prada y Patrizio Bertelli cuenta con la colección privada de la familia además de diversas exposiciones temporales de los artista emergentes y consolidados de la escena artística contemporánea. El edificio mismo es una obra de la arquitectura contemporánea, el estudio OMA fue el encargado de este ambicioso proyecto y fue Rem Koohlas quien logró la unión entre la edificación industrial original y la integró con los espacios totalmente nuevos, incluyendo una torre minimalista.


La fachada cubierta de oro es la cereza del pastel, no importa de donde la veas este edificio grita a leguas “Io sono Milano” .

Además de tener los mejores espacios de exposición también cuenta con el Bar Luce, un bar creado por el mismísimo Wes Anderson, la experiencia en este bar te transporta a un film de afamado cineasta. Es imposible no beber un café o en mi caso una Coca-Cola fría ya que era verano. La estética de este lugar es deliciosa, los sillones en vinilo rosa, la barra principal y las consolas aluden a los clásicos bares que rodean la ciudad en donde los locales beben sus multiples espressos durante el día.



La columnas de San Lorenzo y Corso Porta Ticinese cuentan con las mejores concept stores y tiendas de zapatos locales, al comprar moda en Milán siempre voy a esta zona, ya que los diseños son más experimentales y manufacturados en Italia, además suelen tener precios bastante razonables.


No se puede visitar Italia sin comer gelatto, una de mis actividades favoritas al vivir allá era comer helado 24/7, en cono, en vaso, en brioche y sin importar la temporada ni el clima. La gelateria que suelo visitar es Grom ya que domino que sabores me gustan y se quenunca van a fallar, mis favoritos son Cicolatte e Nocciole en cono.




Para finalizar la visita express a Milán comimos la última cotoletta del viaje y una buratta caprese en el afamado restaurante Paper Moon, uno de los favoritos de Chiara Ferragni y una de mis amigas.


Finalmente tomamos el tren desde La Centrale al aeropuerto para volar de regreso.

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