La semana pasada inicié el entrenamiento para mi quinto Medio Maratón, al empezar un entrenamiento nuevo suelo tener en la mira un medio maratón pero me gusta la experiencia de hacerlo sin la presión de inscribirme y entrenar para uno en especifico, creo que es valido enfocar la mente y el cuerpo al entrenamiento más que al lugar y la fecha en la que tomará lugar la carrera. Como mencioné si tengo una carrera en la mira y esta es el Medio Maratón Mundo Cuervo en Tequila, Jalisco.
Mi primer carrera fue hace casi dos años, es más mi primer entrenamiento para un medio fue alrededor de estas fechas, esta tuvo lugar en San Sebastián y a partir del momento en el que crucé la meta decidí que no quería que fuera una experiencia única, por lo tanto más adelante entrené y crucé la meta del Medio Maratón de Madrid, el de Toronto, la Carrera ESPN y ahora comienza un nuevo capitulo en mi vida de corredora.
Cada carrera al igual que cada entrenamiento son únicos, depende de muchísimos factores el como te sientes, el clima, la contaminación, el estado de ánimo ya que emociones son una parte muy importante del proceso. Es por esta razón que la emoción y el nervio de iniciar un entrenamiento es una sensación muy similar a la primera vez, incluso el hecho de haber cruzado algunas metas anteriormente no significa que el llegar a la siguiente meta este asegurado, insisto hay muchos factores que no dependen de ti, por ejemplo en mi última carrera que fue en CDMX moría de calor y alrededor del km 17 creí que iba a darme por vencida.
La mente juega un papel tan importante durante el entrenamiento y la carrera que es vital trabajar en ella, durante cada día de entrenamiento me recuerdo a mi misma lo capaz que soy, lo importante que es entrenar para lograr mi meta, dejo a un lado los pensamientos negativos, olvido que hay personas a mi alrededor, me concentro en mis pisadas y postura, escucho a mi cuerpo y a mi alma. Con razón lloro en cada uno de mis medios maratones, ya sea por que veo a una familia apoyando a su mamá o a una persona con una pierna dando lo mejor de sí, ver la bandera de México en Toronto y que te echen porras como si fueran tu familia o la última vez correr por primera vez en México y tener de porristas a mis papás, hermanos y esposo.
La primer semana de mi entrenamiento arrancó con broche de oro; después de haber tenido una experiencia extraña donde una persona sin hogar decidió correr contra mi, omití un tiempo la ruta Alameda-Zócalo de mi rutina pero como intento ser positiva para limpiar la mente el lunes decidí correr esa ruta para perder el nervio, al llegar a la Alameda estaba satisfecha de haberlo hecho por lo tanto continué hasta el Zócalo.
A la altura de Isabel la Católica vi que un policía ofreció su ayuda a una persona en silla de ruedas para llegar al siguiente semáforo, lo cual me llamo muchísimo la atención puesto que lamentablemente yo no había notado que necesitaba ayuda esta persona, después de esta pausa decidí llegar al Zócalo y me propuse ofrecerle mi ayuda si lo veía de regreso. Efectivamente ahí estaba a la mitad de la calle tratando de rodar las llantas de la silla, me acerqué a el y le ofrecí mi ayuda a lo cual con una gran sonrisa e dijo que sí, le comenté que si no tenía problema que lo hiera corriendo, a lo que contesto: no.
Comencé a correr y lo lleve por toda la calle de madero con la sonrisa más grande que he tenido en mi vida, nunca había hecho esto por alguien, por mi abuela por mi familia pero jamás por un extraño al que ni siquiera preguntó mi nombre, ni yo a el, fue un acto que para mi o cualquiera debería de ser natural.
Al llegar al destino, al menos la primer parte del gran recorrido que tenía por hacer con mucha amabilidad me preguntó si era posible darme un abrazo a lo que sin duda dije que si, nos dimos un cordial abrazo y nos despedimos.
Esta carrera y acto de humanidad dio sentido a mi día, mi semana, al mes, la mejor sensación de satisfacción, estoy segura que si me detuviera más seguido a ofrecer mi ayuda cambiaría mis días y el sentido a correr.
Lo otros días de entrenamiento fueron más comunes pero fueron muy satisfactorios, no puedo esperar que cada día sea una gran historia que contar el resto de mi vida pero si premio el logro de despertarme a entrenar y romper mi retos personales.
La carrera larga fue de 10km en lo cuales pude ver el amanecer, el Popocatépetl con una fumarola e infinidad de hormigas. Para mi el correr es absorber lo que la naturaleza nos ofrece, respirar el aire frio, sentir como sube la temperatura, sudar sin control, aceptar las maravillas del cuerpo, pensar y perderme en esos pensamientos.
Empecé con el pie derecho espero tener muchas experiencias positivas para contarles durante las próximas 11 semanas.
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