París, Tokio, Heidi Klum, Tim Gunn y un jurado de primera es tan solo es la introducción de uno de los programas de competencia de moda, más ambiciosos que se ha producido, pero… ¿es esto algo positivo?
Amazon Prime no se podía quedar atrás con el lanzamiento de su propio Reality Show de moda, la semana pasada lanzaron los primero dos capítulos y esta semana otros dos, los cuales no me podía perder y me dieron lo suficiente para tener una opinión y entender un poco su concepto, pero por lo mismo dividiré esta reseña en dos partes, París y Tokio para así llegar a la final con una opinión distinta, espero.
PARÍS
Lo primero que me llamó la atención fue el gran premio y vaya que es, un GRAN premio, los competidores se están jugando el pellejo por nada más y nada menos que un millón de dólares, lo que me hace pensar que no solo están invirtiendo millones en el cast y las múltiples locaciones, pero tiene algo de sentido, Amazon y Heidi, que en pocas palabras son casi lo mismo ( Heidi ha vendido más de un posteo a Amazon) están buscando al nuevo diseñador que los hará fundirse en millones de dólares, por lo tanto invertir un par para tener un retorno enorme, tiene sentido. Acaso ¿Es esto demasiado ambicioso?
Esta introducción pierde un poco mi atención y no conecta con mi pasión por la moda, esto es puro consumismo en su peor expresión, por qué, no solo vamos a ver como nace el nuevo “gran” diseñador vamos a poder comprar al segundo sus prendas a través de la app de Amazon Prime y las piezas como era de esperarse se agotaron en cuestión de minutos, será acaso ¿Cuestión de stock? O están comunicando el mensaje que ahora más que nunca queremos dejar atrás.
Y aun no llegamos a la trama “real” del programa ¿Quiénes son los competidores? ¿Cuáles son sus sueños y ambiciones? ¿Cuál es su inspiración? Esto no se sabe hasta finalizar los primeros cuatro capítulos, es complicado empatizar de quien no sabes nada, pero este programa busca de la manera más básica atrapar a al espectador, a través del ¡DRAMA!
Lo poco que se pude apreciar de una de los diseñadores es que una vive en un mundo de lentejuelas y compra todos su patrones, por lo tanto no sabe ni coser, ni patronar. Klum y Gunn nos hablan sobre un concurso internacional pero me hace un poco de ruido puesto que la mayor parte de los concursantes son Americanos, Virginia, Ohio, Kansas City, Nueva York son algunos de los lugares que podemos escuchar, pero no olvidemos que es un programa "internacional" también hay un par de concursantes que hacen de esta competición un espacio "inclusivo”, hay un par de concursantes de Alemania, Israel, Italia, Bélgica y Malasia.
Todo esto sucede en la capital de la moda, París, en un taller con una ubicación privilegiada para poner así al alcance de los competidores las mejores tiendas de textiles y accesorios para vivir rodeados de inspiración. Los competidores tienen la libertad de salir e ir cuantas veces quieran o puedan a las tiendas, y el espectador es testigo de su exploración de la ciudad.
Para facilitar el proceso de creación cada uno de los concursantes cuenta con la ayuda de una costurera que une las piezas de sus creaciones, pero es de suma importancia que ellos comuniquen bien como ensartar cada pieza, lamentablemente muchos de los competidores muestran su falta de conocimiento en el tema y a pesar de recibir este apoyo no logran concebir un buen diseño.
Un aspecto que resalta durante de cada capitulo es el DRAMA, desde el primer minuto se muestran las debilidades de los competidores, que me hacen cuestionar si realmente merecen estar ahí y el tema en cuestión no es solo falta de talento si no la actitud hacia ciertas circunstancias.
Es obvio que la finalidad del programa no es darnos a conocer a sus diseñadores. El jurado es la carnada que podría atraparnos, el cual está constituido de la súper modelo más exigente, Naomi Campbell, la ex directora editorial de Vogue Paris, Carine Roitfeld, la actriz y directora creativa de House of Halow 1960 Nicole Richie y el diseñador Joseph Altuzarra.
No podemos olvidar a nuestros presentadores… ellos no nos lo permiten, haciendo cortes durante el programa para mostrarnos espacios icónicos y no tan icónicos de Paris haciendo literalmente payasadas que realmente no aportan nada a la trama del programa.
Volviendo al punto focal, después del drama, el estrés y Tim Gunn y Heidi jugando Pokemón en Paris, los diseñadores tiene la fortuna de presentar sus diseños ante el jurado en las locaciones más impresionantes del paisaje urbano parisino, tales como la Torre Eiffel, el MAD Paris o a un costado de la Seine.
Durante los shows se puede apreciar el mal gusto por la música de los productores además de unas tomas que no permiten ver los detalles de las prendas. Los diseños, de los cuales vimos poco durante su realización, se aprecian muy poco y lamentablemente muchos carecen de buena técnica de confección, algo que incluso los jueces mencionan casi todos los capítulos, esto hace dudar a Tim Gunn y Heidi sobre su criterio al hacer a selección de los competidores.
Post pasarela los jueces dan su feed back y en más de una ocasión “salvan” a un par de concursantes, que a mi gusto no deberían de haber estado ahí desde un inicio, me atrevo a soltar un nombre, Martha.
Dentro de todo este texto también existe el lado positivo, hay algunos diseñadores bastante prometedores que capítulo a capítulo demuestran su determinación y talento, además durante las pasarelas vemos una imagen más inclusiva y positiva en los modelos, sin dejar a un lado el conocimiento de los jueces sobre la industria.
Es una lastima que un programa tan ambicioso y con tal producción deje tanto que desear…
Espero que en la próximas semanas enfoquen el programa a lo que realmente quieren comunicar y la llegada de Chiara Ferragni sea lo que espero y no un remplazo improvisado de la desaparecida Carine en el último capitulo previo a Tokio, se esfumó.
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